PEARL HARBOR
El 7 de diciembre de 1941 los
aviones japoneses atacaron inesperadamente las islas Hawaii, destruyendo la
flota norteamericana fondeada en Pearl Harbor.Tres d�a m�s tarde, los
japoneses desembarcaban en Luz�n, iniciando la conquista de las islas Filipinas
y aniquilaban el poder�o naval brit�nico en Extermo Oriente al hundir en el
golfo de Siam al acorazado Prince of Wales y el crucero pesado Repulse.
Durante 1941 las relaciones entre Estados Unidos y Jap�n eran tensas, sobre todo, despu�s de que Roosvelt hab�a congelado todos los cr�ditos japoneses en los Estados Unidos, adem�s de bloquear el suministro de petr�leo al Jap�n.Sin embargo, el ataque japon�s fue un grave error estrat�gico para el Eje, en primer lugar porque abr�a un nuevo frente de combate y fundamentalmente porque provocaron la entrada en la guerra de un gigante como los Estados Unidos.Hitler, que ten�a a sus tropas atrapadas por el invierno ruso, en las puertas de Mosc�, esperaba que los japoneses atacaran a Rusia desde Siberia para estrangularla en una operaci�n de pinzas con el ej�rcito alem�n.Desde el punto de vista del Eje, la visi�n de Hitler era la correcta pero los japoneses, igual que Mussolini, desconfiaban con buen tino de su aliado alem�n.Si Mussolini atac� a Grecia para iniciar una guerra paralela a la de Hitler, tratando de asegurase una mejor posici�n ante la creciente hegemon�a alemana, los japoneses atacaron a los Estados Unidos con la esperanza de que Alemania se desangrase en su guerra con los rusos.En ese sentido, los japoneses acertaron en su pol�tica de no asistir a los alemanes con un ataque masivo desde Siberia, pero nunca debi� atacar a los Estados Unidos por una cuesti�n de equivalencias. A pesar del heroico esfuerzo demostrado durante cuatro largos a�os de guerra, Jap�n nunca tuvo posibilidades reales de vencer a una potencia gigantesca como los Estados Unidos, que contaba con una industria armament�stica muy superior en recursos humanos y materias primas. Adem�s los japoneses tuvieron que librar la guerra pr�cticamente solos contra una coalici�n de naciones encabezada por los Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Inglaterra, India, el ej�rcito nacionalista chino y dem�s pa�ses del sudeste asi�tico que prefer�an combatir con los aliados antes que servir a los japoneses. En el momento del ataque a Pearl Harbor, la equivalencia de fuerzas en el Pac�fico era relativamente pareja, salvo en los portaviones, como lo demuestra el siguiente cuadro.
Marina Imperial Japonesa | Fuerzas aliadas |
10 portaviones | 3 portaviones |
10 acorazados | 11 acorazados |
18 cruceros ligeros | 22 cruceros ligeros |
18 cruceros pesados | 14 cruceros pesados |
113 destructores | 100 destructores |
63 submarinos | 69 submarinos |
El 7 de diciembre de 1941, la flota combinada japonesa compuesta por seis portaviones, dos acorazados, tres cruceros, 16 destructores y varios submarinos lleg� a las islas Hawai y lanz� 370 aviones contra Pearl Harbor y las bases circundantes.
El USS Nevada vuela por los aires
Las p�rdidas americanas fueron enormes pero en modo alguno decisivas: las unidades a�reas del ej�rcito y de la marina quedaron diezmadas y gran parte de la flota en el Pac�fico inutilizada.Sin embargo, se salvaron los portaviones que en el momento del ataque estaban navegando rumbo a otras islas, lo cual no deja de abrir nuevos debates sobre si Pearl Harbor fue un ataque inducido por los servicios de inteligencia de los Estados Unidos. M�s all� de esto, el almirante japon�s Chuichi Nagumo, al mando de las operaciones a�reas desde su buque insignia Akagi, cometi� un grave error al suspender un tercer ataque sobre la isla que hubiera permitido la destrucci�n de los talleres navales, los dep�sitos de combustible y pertrechos que incre�blemente quedaron intactos tras las primeras oleadas de bombarderos. Este exceso de precauci�n por parte de Nagumo gravitar�a en modo decisivo en los a�os siguientes, porque sin la conservaci�n de las instalaciones de Pearl Harbor y de sus dep�sitos de combustible, los Estados Unidos hubieran sufrido serios problemas log�sticos, vi�ndose obligados a recurrir a bases lejanas del centro de operaciones. De hecho, durante la batalla de Midway un a�o m�s tarde, los diques y talleres de Pearl Harbor ser�an de gran utilidad para la flota norteamericana. Cabe preguntarse qu� hubiera sucedido si Nagumo ordenaba un tercer ataque sobre las islas, destruyendo una infraestructura de vital importancia para los aliados. La historiograf�a de posguerra ha sobredimensionado las p�rdidas norteamericanas por este ataque que no afect� sus bases de abastecimiento, ni sus mejores barcos ni sus portaviones que "providencialmente" fueron retirados de la base pocos d�as antes de la incursi�n japonesa.
Jap�n, una potencia militar que no hab�a perdido una guerra en tres mil a�os, se enfrentaba a los Estados Unidos y sus aliados, en una lucha tit�nica y desigual que culminar�a con dos bombas at�micas arrojadas sobre su poblaci�n civil.